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¿No sabe? ¿No puede? O, ¿no quiere?

¿No sabe? ¿No puede? O, ¿no quiere?

Realice estas tres simples preguntas; le orientarán para tomar la mejor decisión.

Parte fundamental del trabajo de un gerente, empresario o líder es tener un excelente equipo, que sea muy productivo, confiable y enfocado en los resultados.

Por consiguiente, analizar el desempeño de cada miembro se convierte en parte integral del trabajo cotidiano.

Cuando alguien del equipo fallaba, Gustavo Vargas, consultor y director de mi empresa, hacía la misma pregunta una y otra vez: esa persona ¿no sabe?, ¿no puede? o ¿no quiere?

Al inicio me parecían cuestionamientos muy triviales, pero al cabo del tiempo me han parecido muy poderosos. Veamos cada caso.

No sabe:  si la persona colaboradora no sabe, la respuesta es capacitación, entrenamiento, estudio o formación.  Aquí estamos hablando de falta de conocimientos.

Si se quiere es el más sencillo; un buen programa de capacitación o formación lo podría resolver.

Hay que resaltar que si esta persona se contrató y debió haber contado con ese conocimiento, tenemos un problema en el proceso de selección. Se deberá conversar con el responsable del mismo y evaluar qué falló para no repetir el problema. O ¿por qué no se indicó que se requería un programa de capacitación para implementarlo desde un inicio?

No puede: cuando alguien no puede es más delicado.  Debemos entender primero por qué no puede hacer su trabajo.  ¿Será por qué no tiene las capacidades, habilidades o competencias? ¿Le pusimos en un puesto en el que no va a dar la talla? ¿Fue una mala contratación para el puesto?

Debemos esclarecer por qué no lo logra. ¿Es algo definitivo o puede superar la situación? Si es esta última opción, ¿qué necesita? ¿Será algún acompañamiento, tiempo o desarrollo personal?

Ahora bien, debe estar claro cuál es la brecha y cuánto tiempo y dinero le va a costar a la organización que esa persona esté a punto. Consecuentemente, debemos valorar y si se cuenta con el tiempo y los recursos para lograrlo.

¿Podría un mentor o un “coach" colaborar?  Tal vez ese apoyo personal logre que esta persona realice sus tareas. 

Si al final la persona no logra cumplir las funciones, deberemos tomar una decisión más de fondo, como regresar a esta persona a su puesto original. Tome en cuenta que algunas veces, al llegar a esto, la persona no se sentirá a gusto y podría renunciar.

Si fue una contratación externa a la empresa, es mejor buscar pronto el reemplazo

No quiere: Este es el caso más delicado de todos.  Si una persona no quiere apoyarnos más ni estar en nuestra organización, lo primero es hablar y tratar de entender qué pasa, qué podemos hacer, cómo le podemos integrar y que vuelva a ser parte del equipo. Debe quedar claro que esto es un problema de actitud; no se resuelve con capacitación.  En muchas organizaciones creen que todo se resuelve con instrucción.

Si esta persona no quiere alinearse con nuestros objetivos, debemos pensar en traer a otra que sí lo quiera.

Cuando detecte un desempeño inadecuado de uno de sus colaboradores realice estas tres simples preguntas, estoy seguro que le orientarán para tomar la mejor decisión.

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